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Excelente estado, sin anotaciones, subrayados ni comentarios. EdiciĂłn original, tapa blanda, ejemplar impecable.

El pensamiento de Carl Schmitt sobre esta materia es cambiante atendiendo a las mutables circunstancias históricas en las que desplegó su pensamiento. Toda forma de pensamiento está mediatizada históricamente. En este contexto histórico-político de emergencia de un régimen totalitario Carl Schmitt realiza una reflexión crítica sobre el principio de legalidad que enmarca en su crítica al positivismo formalista (especialmente en confrontación directa con Kelsen). Su reproche se dirige directamente sobre el carácter formal y no sustancial de la legalidad, que conduce, en su opinión, a una indiferencia valorativa y a la neutralización de la política en la forma del Estado de Derecho. Ello supone, para él, un ocultamiento del problema de la soberanía (que tiende a ver aquí como la capacidad de imponer un orden social en la comunidad política mediante una nítida diferenciación entre amigo y enemigo. Por lo demás, observaba haciendo patente la influencia de Weber, que la legalidad no era en su origen otra cosa que un producto del racionalismo occidental y una forma de legitimidad, mas no su absoluto contrataste. La general neutralización axiológica pertenecía al funcionalismo general y hacía de la democracia la ideología de un relativismo fundamental, pues la legalidad positivista obedece a una pura racionalidad formal. La reducción del positivismo jurídico de la legitimidad a la legalidad convierte a ésta en un sistema cerrado.

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