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Libro: Overblown: How Politicians and the Terrorism Industry Inflate National Security Threats, and Why We Believe Them

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¿Por qué no ha habido ataques terroristas en los Estados Unidos desde entonces? Es ridículamente fácil para una sola persona con una mochila llena de bombas, o un solo automóvil cargado de explosivos, lanzar un ataque. Entonces, ¿por qué no lo ha hecho? La respuesta seguramente no es el Departamento de Seguridad Nacional, que no puede impedir que los terroristas ingresen al país, legalmente o de otra manera. Seguramente no es la guerra de Irak, que ha avivado el odio de los extremistas musulmanes en todo el mundo y desperdiciado miles de vidas. Los ataques terroristas han sido eventos regulares durante muchos años, generalmente matando a un puñado de personas, ocasionalmente más que eso.

¿Es posible que haya una explicación simple para el pacífico frente interno estadounidense? ¿Es posible que aquí no haya terroristas de al-Qaeda? ¿Es posible que la guerra contra el terror haya sido una reacción exagerada radical a un evento raro? Considere: árabes y musulmanes han sido sometidos a huellas dactilares y registro, y más de 5.000 nacionales han sido encarcelados; sin embargo, no ha habido una sola condena por un delito terrorista en Estados Unidos. Un puñado de complots, algunos mortales, otros interceptados, han plagado Europa y otros lugares, y aun así, el número de muertos ha sido modesto.

Hemos ido a la guerra en dos países y matado a decenas de miles de personas. Lanzamos un programa doméstico masivo y creamos vastas bases de datos de información que antes se consideraba privada. Los políticos y los expertos nos han regañado por la seguridad nacional y el deber patriótico, mientras usurpan nuestras libertades y envían a miles de jóvenes a la muerte.

Es hora de considerar la hipótesis que no se atreve a decir su nombre: hemos exagerado salvajemente. El terrorismo ha sido utilizado por grupos asesinos durante muchas décadas, pero incluso incluyendo las probabilidades de que un estadounidense sea asesinado por el terrorismo internacional son microscópicas. En general, el terrorismo internacional no hace mucho daño cuando se considera casi en cualquier contexto razonable.

La capacidad de al-Qaeda o de cualquier grupo similar para hacer daño en los Estados Unidos palidece en comparación con la capacidad que otros dedicados, particularmente el comunismo internacional, han poseído en el pasado. Arremeter contra la amenaza terrorista es con frecuencia un ejercicio de autoflagelación porque suele ser más costoso que el ataque terrorista en sí mismo y porque les da a los terroristas exactamente lo que están buscando. Mucho, probablemente la mayor parte, del dinero y el esfuerzo gastados en contraterrorismo desde 2001 (y antes, para el caso)se ha desperdiciado.

La industria del terrorismo y sus aliados en la Casa Blanca y el Congreso se han aprovechado de nuestros miedos y han causado un daño enorme. Es hora de repensar toda la empresa y gastar cantidades mucho más pequeñas solo en las cosas que realmente importan: aplicación de la ley y desarticulación de grupos radicales en el extranjero. Sobre todo, es hora de dejar de hacerles el juego a los terroristas, fomentando el miedo y ayudando a propagar el terror.



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