Serie Immaculata- Todo Con Maria- Tomo 3

Descripción

Otro aspecto importante y universal de la ascética cristiana consiste en disponer toda nuestra vida según modelos superiores de perfección.

Nuestro Ideal primero y supremo, por supuesto, es Dios mismo. Seremos grandes y perfectos en la medida en que nos asemejemos a Dios. Este Modelo divino perfectísimo quedó humanizado y aproximado a nosotros en Cristo, el Hijo de Dios encarnado. La imitación de Cristo es el código de toda perfección, y debe ser la meta de todos nuestros esfuerzos. Cristo es el código de toda perfección, y debe ser la meta de todos nuestros esfuerzos.

Pero, después de Cristo, no puede haber modelo más elevado de perfección que la santísima Madre de Jesús. Ella, que en su alma se asemejó a Jesús incomparablemente más que ningún otro, y que se perdió y transformó en Jesús, puede decirnos con más razón que San Pablo: «Sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo».

Llegamos así a una de las prácticas más beneficiosas de la perfecta Devoción a María: la incesante imitación de la Santísima Virgen, para llegar a ser la imagen fiel y viva de Jesús; copiar las virtudes de la Madre para llegar a la santidad del Hijo; perdernos «en este molde precioso de Dios» para ser modelados en él a la semejanza fiel del Ejemplar supremo de toda perfección.