Los Templos De La Ciudad De Santiago Del Estero

Descripción

LOS TEMPLOS DE LA CIUDAD DE SANTIAGO DEL ESTERO

Autores: Amalia J. Gramajo de Martínez Moreno y Hugo N. Martínez Moreno

Ediciones V Centenario

Entrega IX - Año 1995

Formato: 16 x 20 cm

Páginas: 80

Resumen:
Un modo de conocer a Santiago del Estero, la ciudad Capital y a sus habitantes es visitando sus principales templos, pues en ellos se encontrarán sin duda, aspectos que hacen a la idiosincrasia del santiagueño, sus hábitos religiosos, algunas costumbres de su vida y manifestaciones del espíritu a través del tiempo. Desde los inicios del proceso de hispanización por esta parte del extremo sur del Virreynato del Perú en 1543 y luego en 1550, sacerdotes seculares y regulares (padres de órdenes religiosas), avanzaron con la cruz y la fe de Cristo. En 1552 se levantó a orillas del río del Estero o Dulce, en la ciudad de El Barco (II), antecedente de Santiago del Estero, una capilla para honrar al Señor y su Madre Santísima. Con el transcurso del tiempo, la ciudad vino a ser el asiento de la primera diócesis creada en el territorio argentino por S.S. San Pío V en el año 1570, para dar satisfacción a los pobladores del antiguo Tucumán que reclamaban un pastor y sacerdotes "para impulsar la obra evangelizadora en estas tierras”. De esa plantación surgieron en este suelo oratorios y capillas que se levantaron en la "Ciudad Madre de Ciudades". La iglesia matriz o mayor, la ermita de Santa Lucía, la de San Sebastián y San Fabián, los templos de los Conventos mercedarios y franciscanos. Posteriormente los de la Compañía de Jesús y de Santo Domingo, dejando a un lado el proceso histórico tan denso de más de cuatro siglos y su cronología y, situados en el presente entremos a nuestros templos, para tomar ricas vivencias, observarlos detenidamente y dejar que lo que podamos sentir nos ponga en un estado de elevación espiritual. La propuesta es la de alcanzar su real valoración a través de los objetos y bienes que ellos atesoran, incluso de las reliquias sacras, artísticas e históricas, verdaderas fuentes de nuestra historia local. La memoria del pasado está allí conservada, pero hay que saber interpretar tales expresiones. Se impone además, tener respeto hacia esos bienes y saber preservarlos a fin, de que nos puedan transmitir un mensaje. Queda en manos de las nuevas generaciones de santiagueños y de todos aquellos que nos visitan y que desean adentrarse en "lo nuestro", esta labor de investigación y puesta en valor que hemos llevado a cabo, con amor, fervor e intención de divulgación. Sea este un modo de homenajear a la Ciudad y al protagonismo de los hombres que nos legaron esos "cofres de valiosos tesoros que son los templos”. Testimonios de vida, de sentimientos y de entrega al Señor Dios Altísimo.

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