Los Rincones Del Día Ebel Barat Libres

Descripción

Comentario
Comprender cómo, en ese nudo que es el corazón de Europa, las fronteras van transformando las costumbres, los modos, la fisonomía de la gente; entender cómo la tierra y el cielo operan hasta que una nacionalidad deviene en otra, cómo esa continuidad en la que un francés se va transformando hasta arribar a la pequeña acrobacia que lo vuelve alemán, y, entonces, seguir esa madeja hasta llegar al corazón prusiano, es tan revelador como desenrollarla acompasadamente en las largas rutas de nuestra América del sur, distinguiendo las profundas sutilezas del desierto que termina sus etapas en el panal de los valles.

Refrescarse de las escarpaduras de Atacama con la gratitud del agua marina, percibir las distancias del Inca y las navegaciones, puede parecer lejano al sol afable, al azul profundo y plácido de Amorgós, a su tierra fragante. Sin embargo deja de serlo con el humano trabajo del recuerdo y las palabras. Y porque los caminos quieren cruzar las fronteras.

Los días del viajero encierran momentos que refulgen en sus memorias, recodos donde el pasmo, la alegría, el amor y la belleza buscan un reparo donde descansar del trajín del tiempo infatigable.

Tanto como la posibilidad de abrir algunas puertas de la consciencia, esos rincones justifican la voluntad de echarse al camino, cualquiera sea, porque cada ser entraña una belleza por el mero hecho de existir, y porque cada partícula guarda toda la historia del universo.