Viaje A Mi Sepulcro

Descripción

VIAJE A MI SEPULCRO
Novela de Patricio Watson

152 páginas



EL LIBRO
Un hecho que el tiempo convirtió en leyenda. Una leyenda que renace y se esparce como una simple historia, hasta volverse realidad. La obligación de guardar un secreto siempre tiene un motivo, pero cuando pierde vigencia, cuando su confesor ya no está, la culpa por compartirlo se disuelve como el polvo en una explosión.
Esta novela narra una leyenda que se convierte en hecho verídico, surgen los datos concretos, los nombres y los lugares. La traición es el escenario principal, una confesión de un militar nazi a un sacerdote. Un sacerdote que comparte sus secretos.
Lo bueno de las leyendas es que no ponen límites a la imaginación, se les puede agregar o quitar sucesos sin que nadie pueda cuestionarlas. El deseo de hacerlas verídicas es el incentivo para encarar la aventura de encontrar el tesoro, llamadas, viajes, consultas y, finalmente, la verdad.


EL AUTOR
Proveniente de una familia respetuosa de las tradiciones británicas que me marcaron en muchos aspectos, pero una vida en constante búsqueda de experiencias y alejada de rutinas, terminaron forjando una personalidad que con respeto a las normas básicas de convivencia cuestiona todo para encontrar la razón.
De la casi absoluta libertad de un niño de campo a la escuela rural fue el primer paso cuestionado y asumido, pero el siguiente, de la escuelita al internado en Córdoba, fue durísimo asumirlo después de largos cuestionamientos. Asumir las restricciones significa resignarse al reconocimiento de las autoridades pero también a la conveniencia correctamente evaluada.
De la observación, en principio de la naturaleza y luego del mundo cercano, nacieron una cantidad de artículos y notas publicadas por La Nación, Clarín, La Voz del Interior y replicados en muchos otros medios. Siempre referidos a la política, producción agropecuaria y en defensa del sector más importante de la economía argentina. Luego de un corto periodo en la facultad de Derecho de la UNC comenzó mi vida laboral en la provincia de Buenos Aires, más precisamente en la localidad de Colón.
Los viajes por el mundo alejan los límites y aunque siguen siendo reales, sirven de alimento para los que estamos dispuestos a imaginar. Por trabajo, placer o ambos realicé muchos viajes en representación de una empresa multinacional a la India a promover la siembra de soja genéticamente modificada, a China en representación de productores a la convención anual de RTRS, a Israel para ver riego por goteo para mi trabajo y muchos otros.
Como dirigente siendo presidente de mi Sociedad Rural participé en el único grupo de tres personas que fuimos recibidos por el matrimonio Kirchner durante el conflicto de la 125 para acercar posiciones, resultando un rotundo fracaso.