Iseo - Discursos - Gredos

Descripción

Es muy poco lo que se sabe con certeza de Iseo, uno de los diez oradores canónicos de la época clásica. Debió de nacer en torno a 415 a. C. y su actividad como orador y profesor de retórica hay que situarla aproximadamente entre los años 90 y 40 del siglo IV, el siglo dorado de la oratoria ateniense. Es posible que fuera discípulo de Isócrates (de lo que darían fe ciertos rasgos estilísticos), y en todo caso fue maestro del orador por antonomasia, Demóstenes, sobre el que ejerció una profunda influencia.

De los más de cincuenta discursos de Iseo que conocían los alejandrinos, los azares de la transmisión manuscrita solo nos permiten leer hoy once, un largo fragmento de otro (En defensa de Eufileto) y algunos breves fragmentos más. Como la edición alejandrina estaba organizada temáticamente, estos once discursos conservados tratan el mismo tipo de problema judicial, los pleitos por herencias. Desde un punto de vista puramente histórico, se trata de documentos de gran valor para conocer el derecho privado ateniense y, en general, la vida social de esa época.

En cuanto al arte de Iseo, destaca su carácter práctico, pues busca en sus discursos la máxima efectividad, sin rehuir los tecnicismos jurídicos, y organiza sus piezas con una sólida estructura argumentativa, no exenta de sofismas si la situación lo exige (ya en la Antigüedad Iseo tenía cierta fama de embaucador).

La posteridad no fue demasiado justa con Iseo, siempre a la sombra de las grandes figuras del siglo IV: Isócrates, Lisias y Demóstenes. Los propios romanos lo ignoraron casi por completo, y el resultado de ello han sido los pocos estudios y traducciones que se le han dedicado.

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